Primero fueron sindicatos y patronales. Luego asociaciones de esto y lo otro. Léase economía social, por ejemplo. Hoy toca ayudar a los ayuntamientos. A unos más y otros menos, claro. Según colores. Todos ellos paupérrimos, al parecer. Paupérrimos a los que hay que socorrer por los extraños vericuetos de cursitos de ésto y aquello. Todos, ahora, reconvertidos en academias a la fuerza. Así cada día es mayor el trozo del pastel que se llevan quienes nada saben de formación. Y la formación de verdad se queda en palabras huecas. El quién y el cómo son preguntas menores. La Junta de Extremadura, el SEXPE y la Dirección General de Formación para el Empleo tienen sus propios criterios. Pero las empresas extremeñas dedicadas a formar no los compartimos, dicho sea con toda humildad, pero con toda firmeza.
La administración autonómica extremeña ha envenenado todo un sector de nuestra economía. Sector del que viven miles de trabajadores. Decir otra cosa es mentir. Frente a la libre competencia ha erigido un monumento al servilismo. Frente a la concurrencia, la arbitrariedad. Los encargos se reparten sin tener noticia exacta del porqué. ¿Para cuándo baremaciones públicas? ¿Es tan difícil conocer los estudios sobre necesidades formativas que según el SEXPE justifican los repartos? ¿Dónde ha quedado la promesa de transparencia? ¿Realmente se tiene en cuenta la inserción profesional? Ahora han inventado lo de la homologación express. Que es, por si alguno no lo sabe, un modo simple de entregar la pasta a quien más convenga en cada momento, que, como habrán adivinado, no suele ser un centro de formación privado. ¿Hasta cuando el intrusismo? ¡Qué atropello a la razón!
Está bien eso del pacto social. Mejor aún lo del diálogo permanente. ¿Y qué decir de lo de las puertas abiertas? Pero,... ¿de qué sirve todo eso si luego se impone la voluntad de los unos sobre los otros? Y así seguimos. Despreciados. Presuntos culpables. Ninguneados por cuadrillas de burócratas que parecen disfrutar con las cargas que nos aplican. Ajenos a todo. ¿Y la formación? ¿Y el empleo? Llevamos años quejándonos. Algunos dirán que por interés. Sí, por interés, contestamos. Interés en hacer viables nuestras empresas. Interés en crear empleo. Interés en dar formación cada día de mayor calidad. Interés en ser competitivos,... Competitivos,... ¡Bendita palabra! ¿Se puede hoy ser competitivo en el sector de la formación extremeña? No, no se puede. Se puede ser servil. Se puede doblar la cerviz ante el poderoso. Se puede buscar amparo en el compadreo. Porque sólo así se puede sobrevivir en un mercado intervenido y esclavo. Sólo así. Lo otro, lo de la calidad, el empleo, el esfuerzo es cosa que no puntúa. No se engañen. No hay libertad. Y probablemente no la vuelva a haber. La libertad es palabra difícil y exigente. Es mejor tenerlo todo controlado y repartir dádivas entre los que pasan por el aro. Es más cómodo. Así, de paso, justificamos la existencia de una administración cada día más gruesa. Y mientras los centros privados, la academia de su pueblo y el mío, cada día más flacas, al borde la inanición. Condenados a la destrucción de empleo, que es la antesala del cierre.
Terminamos. Esto no es un memorial de incumplimientos, es aviso modesto de cómo están las cosas. No pedimos dinero. Sólo pedimos que dejen de despilfarrarlo. Sólo pedimos que nos dejen salir adelante trabajando. Sólo pedimos que el dinero de la formación se destine a financiar formación. ¿Es tan difícil de entender? La situación es insostenible para muchos centros. Por eso el próximo día 27 nos manifestaremos a las once de la mañana en Mérida desde la Plaza de España hasta la sede del SEXPE. Porque tienen el poder de hacer lo que hacen, pero, obviamente, no tienen nuestro aplauso. Porque puede que su forma de entender las cosas sea la correcta, pero no es la nuestra. Porque tal vez nos crean domesticados y tal vez acierten, pero algunos, los que el lunes se despierten sin miedo y sin excusa, antes de cerrar su empresita para siempre, protestarán. Aunque luego ustedes sigan haciendo de su capa un sayo. Y de Extremadura un cortijo. Y el martes a nuestra plaza de siempre, a esperar que el patrón tenga a bien dar unos jornales. Tú sí, tú no.
Fernando Valbuena, y ciento siete firmas más.
4 comentarios:
Lo suscribo totalmente, la intervención en el ámbito privado ya sabemos donde va, y no deja de ser un reparto antojado y al servicio del amiguismo y de los de siempre, la utilización de unos fondos destinados a formar, se utulizarán como siempre a criterio de la Amo del Cortijo y sus amigos, ellos se reirán en su trono a costa del dinero de los contribuyentes. Esto no es nuevo lo que pasa que cada vez sus tetáculos llegan mas lejos y son mas fuertes, acabarán por invadirlo todo y controlarlo todo para ser mas amos del cortijo y que nadie absolutamente nadie se mueva sin su permiso, pobre milana bonita.
SI HAY MIEDO ES QUE NO HAY VERGUENZA, UNETE.
Fernando, todo lo que se quiera decir pero... ¿el 28 qué...?. 650 Centros con número de inscripción en el INEM, unos 180 en Cáceres y el resto en Badajoz..
De los 180 de Cáceres 70 son institucionales, religiosos, sindicatos, organizaciones empresariales...
Solo en Cáceres capital hay 53 Centros; en Plasencia 31; en Coria 12... vamos que el sector no resiste un análisis mínimo.
Considera mis opiniones como una autocríticay claro está para entendernos.
Tienes mucha razón. Lo importante no es sólo manifestarse el 27. Lo importante es continuar la lucha el 28. Para que todo esto tenga sentido. Para que entre todos hagamos un sistema de formación para el empleo útil al pueblo. Y en ese entre todos no sobra nadie. Por supuesto.
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