miércoles, 1 de julio de 2009

LA CLAC


Puede que para el funcionario seamos un número un tanto engorroso. Puede que se nos vea en alguna medida como meros incordios. Puede que seamos muchos y alguien prefiera que fuéramos menos. Puede que todo deba mejorar. Puede todo eso y más.

Pero cuando se habla de formación para el empleo no somos convidados de piedra. Ni antes, ni ahora. Y si en el futuro, el poder, el poderoso, en su ambición desmedida, en su papeleo ingente, en su mezquino interés de partido, nos permite seguir existiendo seguiremos siendo pieza esencial en la tarea de formar. De ser mejores. De ser más competitivos. De crecer como hombres y como empresas.

La Junta de Extremadura nos ha reunido. Y nos ha ofendido. Nos reunió para que aplaudiéramos. Y lo más triste es que aplaudimos. Nos reunió para llenar la sala. Para decir que los centros estaban allí, con ellos. Para santificar con nuestra presencia que son más los que vienen a repartirse los dineros públicos. Los mismos de siempre con distinta careta. Más y más administraciones. Ahora son las mancomunidades. Los mismos de ayer y mañana con otro nombre. Y la empresa privada abocada, si es modesta al cierre, y si tiene cierta pujanza al compadreo.

Nos reunió para decirnos que nos van a implantar un nuevo sistema de evaluación sin encomendarse ni a Dios ni al diablo. Mucho estudio, mucho informe, mucho trabajo de campo, mucho de todo menos una sola colaboración de aquellos a quien se dirige el nuevo sistema. Nos reunió para decirnos que el dinero es suyo y se lo gastan como les viene en gana. Y mientras el paro creciendo.

Ocurrió en Mérida el pasado día 4 de junio. Nos convocó la Consejería de Igualdad y Empleo. Nadie entre los que parten el pastel creyó conveniente oír nuestra voz. Quisimos preguntar y no se nos permitió. Y lo más triste es que aplaudimos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

GENIAL... más claro... agua...